Espinosa del Camino, situada en la provincia de Burgos, es un lugar que deja una impresión duradera en los peregrinos que transitan por el Camino de Santiago. Sus calles solitarias y su peculiar urbanismo, donde las antiguas casonas desmoronadas narran un pasado glorioso, revelan la riqueza histórica de esta localidad. El trazado de sus calles, que evoca el origen vinculado al camino, conduce a la imponente iglesia de Nuestra Señora de Espinosa, construida en el siglo XVI y considerada un lugar de gran devoción y milagros.
La iglesia de Nuestra Señora de Espinosa
La iglesia de Nuestra Señora de Espinosa, dedicada a san Indalecio, discípulo de Santiago, destaca por su arquitectura singular, con arcos de media bóveda de terceletes. Además de ser un importante lugar de peregrinación, esta iglesia es conocida por su fuente, cuyas aguas se dice que tienen propiedades curativas, atrayendo a lugareños, vecinos y viajeros en busca de sanación.
San Félix de Oca
Al salir de Espinosa, los peregrinos llegan a San Felices, donde se encuentra el monasterio de San Félix de Oca, que estuvo activo entre los siglos V y IX. Este lugar guarda la historia del eremita san Felices de Bilibio, considerado un hombre santísimo y maestro del ermitaño Emiliano de la Cogolla, más conocido como san Millán. Aunque solo quedan los restos del ábside de la iglesia, este sitio tiene una significativa importancia histórica.
En este mismo entorno se halla el lugar donde murió y fue enterrado Diego Porcelos, fundador de la ciudad de Burgos. La cabecera de la iglesia presenta un estilo prerrománico llamado «condal», en referencia a su contemporaneidad con el conde de Castilla, Fernán González. Este sitio, lleno de historia y espiritualidad, invita a los peregrinos a sumergirse en el pasado y las leyendas del Camino de Santiago.