Lo que hoy conocemos como Vía de la Plata se diseñó para conectar el norte y el sur del occidente ibérico, y en realidad es la adición de dos caminos. El primero de ellos unía las ciudades de Mérida (Emerita Augusta) y Astorga (Asturica Augusta), mientras que el segundo, partiendo de la capital de la Lusitania, discurría hacia el sur en busca de la costa andaluza. Esta es la historia de la vía de la plata en el camino de Santiago.
La historia de la vía de la plata
Esta calzada se convirtió en una de las más importantes rutas de comunicación de Hispania, por la que circulaban ejércitos, comerciantes y mercancías, y a través de la cual se difundió la cultura y se extendió el poder de Roma. La via la utilizaron otros pueblos en siglos posteriores.
Su nombre procede del árabe «al-Balat» (el camino empedrado), cuya pronunciación derivó en la denominación «plata», nombre con el que se la conoce al menos desde comienzos del siglo XVI.
El espíritu vertebrador de los arquitectos romanos ha perdurado en el tiempo y en la actualidad el trazado se mantiene como uno de los principales corredores de comunicación del oeste peninsular, por el que transcurren la línea de ferrocarril Astorga-Sevilla. Pero además es una ruta turístico-cultural que atraviesa paisajes diversos y bien conservados y acerca al viajero a un patrimonio histórico-artístico, etnográfico y arqueológico de enorme importancia.
A lo largo de toda la vía se conservan tramos con restos visibles de la antigua calzada: cerca de 200 miliarios catalogados, puentes, restos de campamentos, ruinas de villas, termas… una enorme cantidad de vestigios de la civilización romana que el viajero conoce siguiendo los itinerarios señalizados.
En todo su recorrido fueron surgiendo poblaciones cuyo origen se encuentra en gran medida en las mansio, un rosario de establecimientos que, a modo de parada y fonda, daban servicio a los viajeros.
Comenzando el recorrido de la vía de la plata, el camino de Santiago
En tierras extremeñas, la vía discurre entre la localidad de Monesterio, al sur de la provincia de Badajoz, y la de Baños de Montemayor, al norte de Cáceres. En todo su recorrido fueron surgiendo poblaciones cuyo origen se encuentra en gran medida en las mansio, un rosario de establecimientos que, a modo de parada y fonda, daban servicio a los viajeros. Una de esas mansio fue Curiga, la actual Monesterio, desde donde se accede al monasterio de Tentudia, situado en lo más alto de la sierra que lleva su nombre. En Fuente de Cantos, siguiente parada del recorrido, se encuentra el albergue turístico Vía de la Plata, ubicado en el que fuera convento franciscano de San Diego, además de varios monumentos de interés (como la iglesia de Nuestra Señora de la Granada) y la casa museo del pintor Francisco de Zurbarán, natural de la villa. Desde Fuente de Cantos se accede por una carretera comarcal a Medina de las Torres (mansio Con tributa Julia), que llegó a ser cabeza de la encomienda de la Orden de Santiago, época a la que pertenece la fortaleza situada a un par de kilómetros del pueblo y a la que se llega por una de las nueve rutas senderistas que, partiendo del casco urbano, recorren el término.
Siguiendo por la misma carretera comarcal se llega a Zafra, que alberga un importante patrimonio cultural declarado conjunto histórico nacional. Son muchos los lugares a visitar en esta bella localidad, como el alcázar de los duques de Feria (hoy parador de turismo), la muralla medieval y diferentes edificios religiosos, así como un interesante conjunto urbano que conserva su traza medieval.
Tras pasar la sierra del Águila se accede a la extensa comarca de Tierra de Barros, donde el primer hito de la vía es la localidad de Los Santos de Maimona (Segeda Augurina), cuyo ayuntamiento ocupa actualmente el palacio de la Encomienda, uno de los escasos ejemplos de arquitectura santiaguista que se conservan en España. Un poco más al norte se enclava Villafranca de los Barros (Perceiana), activa población con una larga tradición musical (ha recibido el título honorífico de»ciudad de la música»), que cuenta con un albergue turístico de la Vía de la Plata situado en una antigua almazara. El actual trazado pasa junto a Almendralejo, capital de la comarca, villa de origen medieval perteneciente a la orden de Calatrava, en la que nacieron los escritores románticos Carolina Coronado y José de Espronceda. también de origen medieval es la localidad de Torremejía, mejía, en cuyo palacio de los Mexía, de estilo renacentista, se encuentra otro albergue de la vía. Parada imprescindible es la ciudad de Mérida, la Emerita Augusta fundada en el año 25 a. C., que conserva uno de los más impresionantes conjuntos arqueológicos del mundo romano. En la capital extremeña se puede visitar, además del Museo Nacional de Arte Romano, uno de los centros de interpretación de la Vía de la Plata. La ruta prosigue por las poblaciones de El Carrascalejo y Aljucén, en cuyas inmediaciones se conserva un tramo de la primitiva calzada. A unos diez kilómetros de este último se levanta el dolmen de Lácara, un sepulcro de dimensiones extraordinarias y en muy buen estado de conservación, que se puede visitar. En este punto la historia de la vía de la plata se pone mas interesante.
Último tramo de la vía de la plata, terminando la historia
Tras abandonar Cáceres en dirección al noroeste, la ruta se dirige a Casar de Cáceres (localidad famosa por sus tortas de queso), donde confluye con la cañada real soriano-occidental. En este sector se conservan importantes tramos de la calcalzada original, que aún mantienen el empedrado primitivo y sus refuerzos laterales, además de numerosos miliarios. El trazado de la vía cruza sobre el Tajo y pasa por las localidades de Cañaveral y Grimaldo para tomar dirección noreste hacia Galisteo (mansioRusticiana), bella población rodeada por una bien conservada muralla de origen almohade. Tras cruzar Carcaboso, la ruta se aproxima a la ciudad de Plasencia, fundada en el siglo XII sobre asentamientos anteriores griegos, romanos y bereberes. Localidad monumental y cabeza de la alta Extremad ura, atesora un extenso legado cultural y artístico que comprende tanto arquitectura civil como religiosa y militar. La vía continúa paralela a los contrafuertes del sistema central pasando por Oliva de Plasencia, que conserva aras y miliarios romanos. En este término se levantan los restos de Cáparra (mansio Capara), restaurados como ciudad romana abierta al público en la que destaca su magnífico arco cuadriforme, el único de España con estas características. Se accede a este conjunto arquitectónico -que cuenta con un centro de interpretación- desde la N -630, tomando el desvío a Guijo de Granadilla.
Unos kilómetros más adelante, donde se abre el valle del Ambroz, se encuentra Aldeanueva del Camino, con interesantes ejemplos de arquitectura popular. Desde esta localidad se llega a la última mansio de la Vía de la Plata en Extremadura, Caelionicco, actualmente Baños de Montemayor, famosa por sus baños termales de origen romano. La calzada atravesaba la población y de ella se conservan dos tramos a su entrada y salida.
La ruta puede resultar un planazo de vacaciones si te lo tomas con calma y buscas experiencias nuevas en cada uno de los lugares. Disfruta de los platos típicos, mímate en alguna de sus termas y párate a respirar el aire sentado en una bonita plaza de cualquiera de estas localidades.