
Algunas recomendaciones de mochilas para el Camino de Santiago
La elección de una mochila adecuada es muy importante a la hora de planear cualquiera de las posibles rutas del Camino de Santiago. Hay varios aspectos a decidir antes de seleccionar la más adecuada. entre ellos el volumen de carga, el material con el que está confeccionada, la cantidad de espacio “extra”, y sobre todo el acolchado y los agarres. También es importante seleccionar un material que transpire y que sea resistente al agua. El propio peso de la mochila también es un dato a tener muy en cuenta, ajustar bien la elección de la mochila para el Camino de Santiago, depende de analizar en profundidad el tipo de ruta, los kilómetros a realizar al día, y la duración total del viaje. En muchas ocasiones, la fecha en la que se va a realizar la ruta hará que necesitemos un tipo de mochila u otra (por materiales, e incluso por volumen), ya que las ropas a llevar en verano o invierno son muy distintas, Te recomendamos que mochila llevar al camino de Santiago.


¿Qué mochila para el camino de Santiago debo elegir?
Como has podido ver en nuestra página, hay gran cantidad de mochilas muy adecuadas para poder hacer el Camino de Santiago. Podría parecer que cualquier de ellas es válida, y lo son respecto a su calidad, no obstante, es importante analizar algunos detalles, para poder seleccionar la más adecuada. No hay una mochila perfecta para todo el mundo puesto que, en primer lugar, el uso que se le va a dar es lo que marcará la elección de la misma.
Uno de los puntos más importantes a la hora de la elección de una mochila para hacer el Camino de Santiago es el volumen de la misma. Llevar una demasiado grande o no lo suficientemente voluminosa, puede ser un gran problema. Desde nuestra experiencia y según lo que hemos ido analizando (al hacerlo y al observar las mochilas del resto de caminantes), la capacidad más adecuada debe ser de los 35 a los 50 litros, para los meses de mejor tiempo y de 45 a 60 litros para los meses más fríos. Esta diferencia en volumen es básicamente por el volumen de las prendas que se utilizan en una u otra estación de año.
Mochilas de menos de 30 litros: En lo que se refiere al senderismo, este tipo de mochilas son las adecuadas para rutas cortas, donde se pueda cargar con lo mínimo porque las rutas son de pocos días.
Mochilas de 35 litros: Mochilas para peregrinos que llevan lo mínimo y destacan por un caminar con el mínimo equipaje posible. Adecuadas para épocas estivales.
Mochilas de 40 litros: Siguen siendo de tamaño pequeño, pero ya permiten más ropa. Es posible que sea el tamaño más adecuado con buen tiempo.
Mochilas de 45 litros: El tamaño “normal” para entre tiempo. Un espacio más que suficiente para llevar todo lo necesario para un buen Camino.
Mochilas de 50 litros: Las más adecuada para el invierno. Con una de menor volumen no cabría la ropa adecuada.
Mochilas de más de 55 litros: Son las más adecuadas para llevar en pleno invierno, o para rutas de muchos días, donde haya que llevar muchas cosas.
A la hora de escoger la mochila Camino de Santiago más adecuada, también hay que tener en cuenta el tamaño del caminante. Una mochila “enorme” para una persona de tamaño pequeño va a suponer un esfuerzo extra. Y además es posible que no se ajuste a la perfección a su anatomía. Hay que tener en cuenta que al hacer el Camino vamos a realizar una marcha durante muchos días seguidos que, dependiendo de la ruta programada, pueden suponer entre 20 y 35 km al día. Eso implica que vamos a estar muchas horas de pie soportando el peso de nuestra mochila. Cuanto más grande sea la mochila, más cosas vamos a llevar y más peso vamos a tener que soportar.
Además de tener en cuenta los días de ruta (por tanto, la cantidad de ropa necesaria) y el volumen de capacidad de la misma, sin duda alguna, es fundamental que sea cómoda. Cómoda y ligera (que la propia mochila pese lo menor posible), con correas ajustables para los hombros, pecho o cintura. Tal y como hemos comentado, no hay un volumen perfecto, pero se suele aconsejar que la mochila en conjunto, no exceda del 10% del peso del portador. Obviamente es una mera recomendación, pero lo que es fundamental, es llevar lo imprescindible con el fin de que el peso a transportar sea el menor posible.
El gran problema es saber que es lo “imprescindible”. A no ser que seamos unos senderistas muy experimentados, saber que llevar con exactitud es muy complicado. Por ese motivo es muy importante planear bien las rutas (días y horas por día), así cómo saber dónde se va a dormir, etc… De esta forma es posible hacer una guía de gestión de la ropa y ajustarla lo más posible a unas necesidades reales. Es interesante contar con aquello que tengamos la seguridad de que vamos a necesitar.
Una de las cosas que te recomendamos es que unos días antes tengas la ropa preparada y compruebes el peso de la misma. Hacer un pequeño simulacro de un día de ruta será fantástico, aunque a veces no es posible, en esos casos, al menos sí que hay que probarla y verificar si el peso es el adecuado. Hay que meter todo, incluso los accesorios que vas a llevar (que fácilmente pueden suponer 1 o 2 kilos extra). Una vez comprobado el peso, casi con toda seguridad nos daremos cuenta de que el peso es mayúsculo, y será el momento de sacar algunas cosas. Empieza por dejar las de uso seguro y empezar a eliminar esas prendas que llevar “por si acaso”. De hecho, en el Camino de Santiago hay muchas oportunidades de adquirir artículos en alguna tienda o farmacia, o incluso de que nos lo dejen otros peregrinos.
¿Qué debo llevar en mi mochila en el camino de Santiago?
Como ya hemos comentado, las mochilas son algo personal y lo que para uno es imprescindible, para otro es simplemente accesorio. Además, hay que tener en cuenta la época en que lo vayas a realizar. No obstante, hemos preparado un listado de artículos para ayudarte. No olvides que es algo orientativo y tú debes sentirte a gusto con lo que lleves, y con el peso de la mochila.
Mochila para el buen tiempo (mayo – septiembre)
- Saco de dormir fino o sábana y esterilla
- Toalla ligera
- 2 camisetas poliéster
- 1 jersey
- 2 pantalones cortos
- 1 pantalón largo
- 3 mudas y 3 calcetines
- 1 chubasquero o capa de agua
- Botas para caminar diariamente (no hace falta que sean anti agua, mejor que transpiren bien)
- Zapatillas abiertas o sandalias para el descanso después de caminar
- Botella o cantimplora para llevar líquidos para beber
- Crema solar
- Gorro, navaja, linterna, imperdibles
Mochila para el mal tiempo (octubre – abril)
- Saco de dormir grueso y esterilla (hará frío)
- Toalla ligera
- 2 camisetas térmicas
- 2 sudaderas o forros polares
- 2 pantalones largos
- 3 mudas y 3 calcetines
- 1 chubasquero o capa de agua
- 1 cazadora impermeable
- 1 pantalón para el agua
- Botas para caminar diariamente tipo Goretex (impermeabilizadas)
- Zapatillas abiertas o sandalias para el descanso después de caminar
- Botella o cantimplora para llevar líquidos para beber
- Gorro y guantes, navaja, linterna, imperdibles
Imprescindibles todo el año
- DNI
- Tarjeta sanitaria
- Credencial del peregrino
- Jabón, champú (puedes llevar un botecito y rellenarlo al comprarlo cuando se acabe)
- Cepillo de dientes, pasta, cuchilla y (peine o cepillo si se necesita)
- Artículos de aseo femenino (para mujeres)
- Tiritas, esparadrapo y desinfectante
- Aguja e hilo
- Móvil y cargador
- GPS, brújula, mapas