Manjarín es un lugar encantador que se encuentra en el Camino Francés. Es el primer pueblo de Bierzo que los peregrinos visitan y tiene un atractivo especial para cualquier persona que viaje por esta ruta. Esto se debe en parte a su ubicación, a solo 2 km de la famosa Cruz de Fierro, y en parte a la presencia de Tomás, el Templario, quien transformó este lugar inhóspito en un refugio acogedor.
¿Quién es tomas el templario?
Conocido como el Templario de Manjarín, quien cambió la historia de este pequeño pueblo en León, España. Antes de su llegada, Manjarín era un lugar inhóspito que contaba con solo un refugio para los peregrinos que transitaban por el Camino de Santiago. Sin embargo, hoy en día, Tomás y su albergue son una luz que ilumina, acompaña y acoge en medio del camino.
Tomás llegó a Manjarín siguiendo la llamada del Camino de Santiago. Una crisis personal lo llevó a buscar nuevos horizontes y lo llevó a la Orden del Temple, institución religiosa de la Edad Media que protegió el Camino de Santiago durante casi dos siglos. Junto con otros miembros de la orden, colocaron estandartes en lugares en los que habían estado los Templarios, siendo el Camino de Santiago uno de ellos.
Después de varias paradas en diferentes pueblos, llegó a Villafranca del Bierzo, donde conoció a Jesús Jato y la labor en su albergue, el más antiguo de todo el Camino. Fue durante su labor como hospitalero cuando Tomás supo cuál era su destino y subió a Manjarín en junio de 1993, lugar donde decidió quedarse.
El albergue que fundó funciona a base de donativos y se ha convertido en uno de los más queridos del Camino Francés, donde cada peregrino que llega cuenta con un café, un plato de comida caliente y un lugar donde dormir. Tres décadas después de su fundación, la filosofía sigue siendo la misma, atrayendo cada año a miles de peregrinos de todo el mundo, que deciden cambiar las comodidades de un albergue por el espíritu del refugio de Tomás.
Tomas, el último templario
Siguiendo el espíritu de acogida y hospitalidad templaria, el refugio de Tomás funciona a base de donativos. El refugio sufrirá una gran transformación a lo largo de este año gracias a una subvención de la Diputación de León. A pesar de esto, la filosofía del refugio seguirá siendo la misma, es decir, compartir y no repartir.
Manjarín es un pueblo situado a casi 1.450 metros de altitud y la subida a él es difícil, especialmente en invierno, cuando el frío, la nieve y la ventisca se convierten en los peores compañeros de Camino. La presencia de Tomás y su albergue son una luz que ilumina, acompaña y acoge en medio del Camino.