El Monasterio de Santa María la Real, situado en la ciudad de Nájera (La Rioja, España), es uno de los hitos más importantes del Camino de Santiago y un símbolo de la historia medieval de la península ibérica. Su fundación se remonta al siglo XI, cuando el rey García Sánchez III de Pamplona ordenó construirlo tras encontrar, según la leyenda, una imagen de la Virgen en una cueva iluminada por una lámpara y acompañada de una campana y un ramo de azucenas. El monasterio fue consagrado en 1052 como sede episcopal y panteón real.
A lo largo de los siglos, el edificio original de estilo románico fue transformándose. La iglesia actual, de estilo gótico tardío, se construyó entre 1422 y 1453. El conjunto monástico destaca por su claustro plateresco, considerado uno de los más bellos de España, y por su Panteón Real, que alberga las sepulturas de reyes y reinas del antiguo reino de Nájera-Pamplona.
En su interior, la cueva que originó la leyenda se conserva como lugar de devoción, con la imagen de la Virgen de la Cueva. También pueden contemplarse retablos, sepulcros tallados y obras de arte sacro que abarcan varios estilos y épocas.
Durante la Edad Media, Nájera fue un importante centro de poder y de peregrinación. El monasterio ofrecía hospitalidad y asistencia espiritual a los caminantes que recorrían el Camino Francés hacia Santiago de Compostela. Hoy, sigue siendo una parada obligatoria para los peregrinos, que lo visitan tanto por su valor histórico y artístico como por su significado religioso.
La ciudad de Nájera, con su casco histórico y su ubicación junto al río Najerilla, complementa la experiencia de la visita al monasterio, ofreciendo al viajero una inmersión en el legado medieval del Camino de Santiago.